Hoy os invitamos a un nuevo episodio de nuestra serie de libros con película (tras Stardust, Coraline y James y el melocotón gigante). Esta vez os traemos la famosa novela fantástica El castillo ambulante, de Diana Wynne Jones, publicado en España por Nocturna. Este libro fue llevado a la pantalla en 2004 en una adaptación de Hayao Miyazaki, del estudio Ghibli.
La autora
Diana Wynne Jones (Londres 1934-Bristol 2011), afamada autora de literatura fantástica, escribió más de cuarenta novelas. Licenciada en filología inglesa en Oxford, de joven asistió a conferencias de J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis. En 1977 publicó la primera parte de la serie Los mundos de Chrestomanci. El castillo ambulante, primer libro de una trilogía que continuó con El castillo en el aire (1990) y La casa de los mil pasillos (2008), se publicó en 1986. Como curiosidad decir que fue mentora y amiga de nuesto apreciado Neil Gaiman, del que ya hemos hablado en Coraline, Stardust o Gaiman y los dioses.
En esta entrevista la autora habla de El castillo ambulante y de la película de Miyazaki.
El libro
Sophie, la protagonista de El castillo ambulante, es la mayor de tres hermanas. Viviendo en un país como Ingary, en el que ‘existen cosas como las botas de siete leguas o las capas de invisibilidad’, esto la condena, irreversiblemente en su opinión, a un futuro irrelevante frente al prometedor destino de sus hermanas más pequeñas.
Encargada de mantener el negocio familiar, la sombrerería Hatter, Sophie habla a solas con los sombreros que decora, produciendo extraños y maravillosos efectos en las clientas sin su conocimiento. Por algún motivo desconocido esta actividad le acarrea la maldición de la Bruja del Páramo, que la convierte en una anciana. Su transformación, lejos de achantar a la joven Sophie, le da alas y una libertad de verbo y acción que nunca había experimentado. Al verse convertida en anciana Sophie decide dejar su pueblo y alejarse lo más posible. En su camino se encuentra con el castillo ambulante y sus peculiares habitantes: Michael, el ayudante, Howl, el mago, y el demonio de fuego Calcifer.
El contraste está servido. Su aparente némesis, el mago Howl, es un hermoso y voluble joven cuya fama de robar el alma de jovenes doncellas le precede. Howl ignora los convencionalismos sociales todo lo que puede y huye de los compromisos, a pesar que cuida su aspecto de manera divertida y enfermiza.
El libro reflexiona sobre las imposiciones de clase y género, los convencionalismos y el destino determinado aparentemente. También trata con un giro muy divertido la percepción que poseemos de la libertad en la juventud frente a las limitaciones de la vejez. La trama es compleja en desarrollo y personajes, y todo tiene una conexión y un sentido que se va desvelando con la historia. Los personajes son contradictorios, interesantes y humanos, y despiertan la curiosidad del lector en situaciones de fantasía y divertido absurdo que hacen la lectura muy entretenida. Los dialogos entre los personajes, especialmente Howl y Sophie, son un intercambio divertido de dardos y reproches que mantienen la chispa durante toda la novela.
Hay escenas hilarantes, como la del traje azul y plateado de tamaño desproporcionado, mencionada por la autora en la entrevista que acompaña a la edición de Nocturna. Tal y como a la autora y al niño que menciona, esta escena nos hizo saltar las lágrimas de risa. También nos encantó el dramático (nivel adolescente) capítulo en el que Howl expresa sus sentimientos con cieno verde, y el capítulo en el que un resfriado Howl devora bocadillos de beicon.
Para los más curiosos, el libro contiene múltiples referencias intertextuales. Además de las referencias a la estructura o elementos típicos de los cuentos de hadas, encontramos muchas otras. Alicia en el País de las maravillas, la Bella Durmiente, Hamlet, el Señor de los anillos o distintas referencias artúricas salpican la lectura.
Por último, mencionar que la traducción del libro, de Irina C. Salabert, nos ha hecho la lectura especialmente agradable y ligera.
El adaptador
Hayao Miyazaki (1941) es un famoso ilustrador, animador, guionista, director, productor y autor de manga japonés. Co-fundador del estudio Ghibli en 1985, Miyazaki es uno de los creadores de animación más aclamados de la historia.
Antes de fundar estudio Ghibli, Miyazaki ya tenía una trayectoria de más de veinte años de experiencia en los ámbitos del manga y la animación. Durante su etapa en Tokio Movie Shinsha (1979-1982) dirigió su primera película, El castillo de Caliostro, y la conocida serie italo-japonesa de los 80 Sherlock Holmes (Sherlock Hound). Durante su período en Topcraft (1982-1985) realizó el manga de Nausicaä del valle del Viento, cuya película dirigió como adaptación en 1984.
El estudio Ghibli ha producido obras tan afamadas como Mi vecino Totoro (1988), Porco Rosso (1992), La princesa Mononoke (1997) y El viaje de Chihiro (2001, ganadora de un Óscar), entre otras. Aquí os dejamos un video resumen de la historia de Miyazaki y Ghibli junto con sus dos destacados colaboradores, el también director Isao Takahata y el productor Toshio Suzuki.
Hayao Miyazaki se caracteriza por la humanidad que transmite a los personajes en sus historias y la calidad de sus animaciones. Con una larga trayectoria, reconocida con el Óscar honorífico en 2014, tiene un estilo característico que conecta con la emoción de los espectadores. Marcado por la experiencia de la Segunda Guerra Mundial durante su infancia, el pacifismo frente a la contienda bélica y la presencia de máquinas voladoras son parte de su imaginario. Otros temas recurrentes en su obra son la interacción y los conflictos de la humanidad con la tecnología, la naturaleza y las tradiciones.
Los personajes imperfectos y su evolución en las historias son probablemente lo que hace que sus películas conecten tan bien, principalmente a nivel emocional, con el espectador, haciendo mucho más creibles historias donde la fantasía y la imaginación forman parte natural de la narración. Sus protagonistas suelen ser niñas o jovenes mujeres. Gran observador del comportamiento, sus personajes son muy creibles por el nivel de detalle con el que Miyazaki representa gestos cotidianos de manera sutil.
El siguiente vídeo nos parece un buen resumen del estilo de su obra.
La película
El castillo ambulante (Howl no Ugoku Shiro) es una de las adaptaciones favoritas de Miyazaki. La película fue todo un exito de taquilla dentro y fuera de Japón. Si bien su nominación al Óscar no triunfó frente a Wallace & Gromit, recibió numerosos premios, en el Festival de Cine de Venecia, el Festival de Cine de Sitges, el Festival de Arte de Japón, el Premio Nébula al mejor guion y un Tokyo Anime Awards, entre otros. Fue la primera película (tras la Princesa Mononoke, que introdujo la tecnología por ordenador) en la que el estudio Ghibli usó recursos digitales de forma significativa.
La voluntad de los personajes por marcar su propio camino, la libertad de la vejez presentada de forma positiva, los dialogos enérgicos y la ilusión por vivir coinciden en la película y el libro. La oposición de Miyazaki a la guerra de Irak tuvo un impacto en la creación de El castillo ambulante, y podría explicar algunas diferencias fundamentales con el libro. Si bien la fuerza de los personajes es similar, la temática, más orientada al pacifismo, se aleja del libro y marca gran parte de la película. También la parte romántica está mucho más desarrollada en la película que en el libro. Por último mencionar que el desenlace, si bien rápido en ambos, es algo confuso y difícil de seguir en la película sin haber leído el libro (e incluso habiéndolo leído).
Los dos castillos de Howl
Como en otras obras de nuestra serie, en El castillo ambulante el argumento de la película se desvía bastante del del libro. La versión cinematográfica es mucho menos compleja, tanto en sus personajes como en la trama. Aun cuando los protagonistas y el desenlace son similares en el libro y en la película, la historia resulta ser totalmente diferente. Esto es así porque aunque Miyazaki replica algunas escenas del libro en la película (como la de la sombrerería o la del desayuno), en otros casos amplía ideas simplemente esbozadas y les otorga una perspectiva única.
Entre las escenas divergentes una de nuestras favoritas, coincidiendo con la opinión de la autora, es la hilarante escena de las escaleras de palacio, donde Sophie y la Bruja del Pantano ascienden, de manera poco deportiva, unas interminables escaleras, con simpático perro incluído, mientras se dedican toda clase de improperios.
Volvemos a encontrarnos así un libro que difiere bastante de la película y que nos gusta mucho. La animación y la novela son entornos distintos que requieren lenguajes diferentes. En este caso dos autores magistrales, Wynne Jones y Miyazaki, aproximan la historia según sus estilos personales. Nos encontramos con dos castillos ambulantes diferentes y refrescantes, que animan al lector a ver la película y al espectador a leer el libro. Es un gran placer que esperamos que compartáis.