Por el camino fue un flechazo. Me conquistó el colorido oaxaqueño de las tapas y la interpretación de la librera, que triángulo en mano no dudó en lanzarse a cantar los versos para alegría de A.
En este álbum ilustrado de la editorial Kalandraka, un desfile de animales va “andando por el camino”, ¿a dónde irán? sólo al final descubriremos la gran fiesta de cumpleaños a la que se dirigen. A cada página que avanzamos nos sorprende una nueva familia de animales que va creciendo: desde mamá elefanta con su elefantita UNA, hasta el señor bicho junto a sus bichitos DIEZ.

Las ilustraciones ocupan vibrantes dobles páginas dominadas por colores saturados que recuerdan la tradición popular mexicana. En ellas se disponen divertidas familias de animales antropomorfos vestidos con ropas de estampados variopintos, llevando diferentes comidas y bebidas a la fiesta.
El texto, de apenas cuatro versos octasílabos por página y divertida rima consonante, recuerda las canciones infantiles más tradicionales y facilita el seguimiento e incluso la participación de los pequeños.

Todo ello conforma un universo mágico de gran belleza artística, para deleite de adultos y niños. A la vez, desde el punto de vista pedagógico permite practicar diferentes elementos como colores, comidas, números, ¡y por supuesto los animales!, adaptandose a diferentes edades.
Tanto texto e ilustraciones son de la argentina Mariana Ruiz Johnson, que se dio a conocer como ganadora del VI Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado en el año 2013 por su álbum Mamá. ¡Personalmente aguardo impaciente más derroche de magia y vitalidad en sus próximos trabajos!

Mi hijo A., que ahora tiene 14 meses, se balancea bailando la versión cantada de mamá –aunque en casa no tengamos el triángulo molón de la librera- y se entretiene pasando las paginas duras de bordes redondeados, embelesado con tanto colorido (se agradece el formato apto para manipulación de manitas). Eso sí, cuando vamos por la quinta familia quiere ser él quien pase las páginas y marque el ritmo! Con el hijo de Ana, de 3 años, lo leímos un caluroso mediodía de agosto tratando de guardar un poco de paz a la hora de la siesta, y vi gran diferencia: mantiene todo el tiempo la atención, quiere participar cantando y al final me decía “¡otra, otra!”
¿Y vosotros? ¡Contadnos vuestra experiencia con Por el camino! En el siguiente vídeo os dejamos un poco de la nuestra.