Esta semana os traemos al blog una conversación a cuatro manos sobre Radio Popov y los niños olvidados. Durante tres semanas hemos leído cada noche esta novela por capítulos, que nos ha mantenido interesadísimos. Con este libro, escrito por la autora finesa Anja Portin, y traducido por Luisa Gutiérrez, especializada en literatura finlandesa, despedimos el blog por unas semanas y os deseamos unas felices vacaciones.
Estabas muy atento al libro ¿qué te ha llamado inicialmente la atención?
[G] Ningún libro antes hablaba de un niño olvidado, me pareció un tema interesante y quería saber qué le pasaba, y también a los demás niños.
[KH] Me llamó mucho la atención el comienzo de la historia, con un niño, Alfred, solo en casa, que no puede dormir por el hambre que está pasando. De repente, a través de la ranura del periódico de la puerta de su casa, cae un periódico con una sorpresa. A partir de aquí todo cambia para Alfred.
[G] Me parecía sorprendente y muy raro que una persona como Amanda pudiera saber que existen niños olvidados, y dónde está su casa, y que tuviera unas orejas sensibles a ellos.
[KH] Es una historia sorprendente, alguien va por las casas de los niños, y de alguna manera los cuida y les hace saber que alguien se molesta por ellos. ¿Quién es? ¿Por qué lo hace? Es un comienzo muy bueno.
¿Qué te ha sorprendido?
[G] Al principio me llamó la atención lo del gato y el cuervo, es raro que alguien viva con un cuervo. También me llamaron la atención los nombres de manzanas, del gato y del cuervo. ¿Y por qué tienen las orejas así?
[KH] Un poco todo, los niños olvidados, Amanda, una mujer peculiar que se preocupa por ellos. Alfred se atreve a hacer muchas cosas que le llevan a nuevos sitios, como dormir en hamaca, ser locutor de radio, encontrarse con los libros un día de fiebre o ayudar a otros niños olvidados. Y no sabía que había tantos tipos de manzanas.
¿Que te pareció la idea de Radio Popov en el libro?
[G] Que hablasen de una persona que yo no sabía que existió de verdad me interesa.
[KH] Recuperar la radio, un medio que siempre hace tanta compañía, y un inventor real como fue Popov me gustó mucho. La idea de Alfred como locutor y de los niños olvidados (y no solo los niños) escuchando los programas me parece una idea estupenda.
¿Te habrías atrevido a hacer lo que hace Alfred?
[G] Yo creo que sí.
[KH] No sé si hubiera sido tan valiente. Atreverme a seguir a Amanda, hacer los programas de radio para que otros niños me escuchen o enfrentarme a mi padre. Creo que los niños lo ven mucho más natural, pero requiere de una «extremada capacidad funcional».

¿Cuál es tu parte favorita?
[G] El capítulo en el que llegan los niños, porque es muy gracioso, sobre todo Sara la pequeña con sus repeticiones, me reí mucho con ‘Ta muerta’.
[KH] Me ha gustado todo el libro, el comienzo con el misterio de las manzanas y el descubrimiento de los personajes me gustó mucho. La maravillosa casa de Amanda, el Confín del Mundo, con los manzanos, como imagen de refugio seguro. También la historia y creación de Radio Popov, aunque confieso que los capítulos con Sara probablemente son los más graciosos. Me han gustado mucho las compotas de manzana, bizcochos varios, zumos de manzana y limón, jugo de jengibre, arroz con leche y panes recién hechos a lo largo del libro.
¿Crees que ahora hay niños olvidados?
[G] Creo que sí.
[KH] Desafortunadamente esa es la parte agridulce del libro. Es una historia amable que habla de un tema muy duro, y que refleja muchas de las situaciones reales que experimentan los niños (familias que no están, padres que consumen, familias que sobreprotegen, padres que abandonan, padres que no escuchan, madres a las que no les da la vida, familias que no cuidan…) y como el libro refleja, no es la responsabilidad de los niños. Una cosa que me ha sorprendido mucho es que G tenía muy claro que las circunstancias de los niños olvidados no se dan sólo en el libro.
¿Lo recomendarías?
[G] Sí, a todo el mundo.
[KH] Sí, es una buena historia, bien escrita y bien traducida. Es un libro que nos ha dado pie para tener muchas conversaciónes además de ser muy entretenido para G. y para mí.