Una de las ventajas de haber cambiado trabajar en una multinacional por la universidad son las vacaciones. O eso creía yo. Con la archiconocida sensación de mujer orquesta (desafinada) preparo las maletas mientras barrunto… ¿qué rato puedo sacar para preparar la próxima clase?… hay que hacer algo más interactivo los viernes… tengo que colgar los cuadros en casa, ¡la entrada del blog!…
A. entra corriendo en la habitación justo a tiempo. Carga cuatro libros y los tira en la maleta “Mamá quero llevar Paco al avión”. Paco y el rock, Paco y la música africana, Paco y Vivaldi, Paco y Mozart. ¡Toma ya! Aunque no sean mis favoritos, cuatro Pacos se merecen una reseña en el blog.
La parisina Magali Le Huche es la madre de las ilustraciones y texto de la colección de libros musicales de Paco, cuya edición original es en francés. La edición en castellano la componen siete títulos: Paco y la orquesta, Paco y Vivaldi, Paco y Mozart, Paco y el jazz, Paco y el rock, Paco y la música disco, Paco y la música africana.

Cada título se desarrolla en un marco geográfico diferente, que ayuda a caracterizar la música representada. En los diferentes enclaves, acompañaremos a Paco y sus amigos en sus aventuras musicales.
A través de botones conseguimos reproducir los sonidos de diferentes instrumentos o extractos de piezas musicales. Otros botones tienen sonidos de ambiente o más humorísticos (unos ronquidos por aquí, unos besos por allá, fluir del agua al fondo).
Sin duda lo más atractivo de esta colección es la calidad de los sonidos y de las piezas musicales. Sí, papás, no se trata de otro aparatejo de ruidos estridentes. Os aseguro que a vosotros también os conquistarán. A mí me gustan especialmente varias reproducciones de música africana, como el laúd o la kora. A A. le encanta que imitemos a la soprano de la Reina de la Noche.

Al final de cada historia, una doble página muestra los instrumentos, o una pequeña historia del compositor y su obra. La contraportada recopila todas las piezas del libro y los créditos correspondientes.


Sin llegar a apasionarme como los personajes de Mariana Ruiz Johnson, me gustan las ilustraciones de Magali Le Huche, con esa pandilla de animales antropomorfos descubriéndonos la música a través del mundo y el mundo a través de la música.
El balance de música e ilustración se rompe cuando entra en juego la palabra. Echo de menos la melodía verbal que embelesa a los prelectores, o una buena historia que espolee imaginarios. En fin, falta mucha chicha al texto, que se limita a describir las escenas y los instrumentos. Sin duda una Mar Benegas sacaría partido a ese Paco que deja vislumbrar aires a veces bohemios, a veces canallas.

Otro detalle que me deja un regusto amargo es la traducción: señores de la editorial Timun mas, explíquenme la necesidad de traducir al castellano los carteles de los restaurantes parisinos o el letrero del autobús en un pueblo de África.
Y ya que estoy detallista, sobran mensajes redundantes en portada: «Libro musical», «Mi primer libro de sonidos», «¡Incluye 16 piezas musicales!» Me recuerdan a esos bares para turistas que tienen en el menú huevos fritos con patatas y te plantan al lado una fotografía poco afortunada del plato.

En conclusión, la calidad de las piezas musicales da el peso a esta colección. Las ilustraciones de diferentes partes del mundo, contextualizadas con curiosos sonidos, hacen saltar la chispa de conversaciones más allá de los libros. Las palabras, mejor sacadlas de vuestra propia chistera.
Y volviendo a donde empezábamos, ya estamos de vacaciones la familia al completo, acompañada, entre otros, de los cuatro Pacos.
A mi enano le encanta Paco! Tenemos 3, pero en francés 😉
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