‘Cuando la vida era fácil y se podía navegar por el Támesis…’ reza la contra de nuestro libro de esta semana. Cuando la vida era fácil y todos éramos mucho más jóvenes, la añorada editorial Miñón publicó en su colección Rumbos ocho títulos. Dirigida a lectores muy jóvenes pero ya más experimentados, la colección proponía cuatro rumbos, Norte, Sur, Este y Oeste, cada uno dedicado a un tema. Tres hombres en una barca inauguró el Rumbo Oeste, Al rincón de la risa. Y doy fe de que la elección no podía haber sido más acertada.
Jerome K Jerome, el autor de curioso nombre capicúa, nació en Inglaterra en 1859. Tras trabajar como ferroviario, actor, periodista y escritor de numerosos textos rechazados, publicó Tres hombres en una barca en 1889, con un éxito inmediato e internacional. La obra se tradujo a numerosos idiomas, y en Alemania y en Rusia se adoptó como libro de texto para la enseñanza del inglés. También en Rusia podemos encontrar su influencia en uno de mis libros informativos favoritos de todos los tiempos: Problemas y experimentos recreativos, del profesor ruso Ya.I.Perelman, del que os hablaré en algún otro momento.

Además de sus numerosas traducciones, la obra fue adaptada a otros medios en distintas ocasiones y países. Tres largometrajes en Inglaterra (1920, 1933, 1956) uno en Alemania (1961), adaptaciones televisivas en Inglaterra y Rusia, una serie homenaje de la BBC en 2005 o diversas adaptaciones teatrales dan una idea de su éxito.

¿Qué cuenta esta obra? Casi nada. Una mera anécdota. Una excursión, río arriba, de tres amigos y un perro. Divagaciones sobre todo y nada. Apuntes de J., el autor-narrador-protagonista (junto con Harris, George y el perro Montmorency), sobre la historia de Inglaterra y los puntos destacables del recorrido. A veces parece poco más que una guía de viajes. Pero cómo lo cuenta… la gracia, la ligereza, el encanto de la escritura (ayudada por la traducción), el humor desternillante de algunas escenas, la aguda observación de los detalles más nímios…
Todo ello convierte el libro en una delicia para leer solo o en compañía. Para uno mismo o en voz alta. Eso sí, teniendo en cuenta que puede producir una hilaridad tan irresistible que hará los ojos se nos llenen de lágrimas y tengamos que parar para tomar aliento antes de poder seguir leyendo. Por lo menos en mi caso ese sigue siendo el efecto, más de 30 años después de haberlo leído por primera vez.
La edición de Miñón se puede encontrar en algunas tiendas de segunda mano, pero si buscáis una más reciente, Tres hombres en una barca (por no mencionar al perro) fue reeditada en 2013 por Blackie Books. A pesar de su gran éxito internacional, y de que el libro nunca se ha dejado de publicar en Inglaterra desde su primera aparición en 1889, Tres hombres en una barca no parece haber sido nunca un libro tremendamente popular en España. Sin embargo, os aseguro que hay pocos placeres mayores que el de la complicidad que se produce cuando nos cruzamos con otro de sus lectores.

Ah, y por si Tres hombres en una barca os sabe a poco, Jerome publicó en 1900 su continuación, Tres hombres en bicicleta (también editado como Tres ingleses en Alemania), que narra las aventuras de nuestros protagonistas por la Selva Negra.