Hoy os traemos La historia del arca de Noé tal como me la han contado a mí, de Koichiro Kashima (Osaka, 1991). Publicado en 2020 por la editorial A buen paso, se trata de su segundo trabajo tras Tea y Camaleón son hermanos, también editado por A buen paso.
Koichiro Kashima
Es un joven autor e ilustrador japonés, licenciado en Ilustración por la Universidad de Kyoto Seika. Obtuvo el primer premio en la Exposición de Graduados de 2018, y se dedica fundamentalmente a la ilustración infantil. Trabaja mucho la técnica de acuarela sobre papel, lo que le da un estilo muy característico, muy transparente, en el que predominan los tonos suaves y tranquilos. Sus obras están llenas de objetos que remiten a otras épocas (teteras clásicas, buzos metálicos, globos aerostáticos…) y, aunque están llenas de detalles y de actividad, provocan sosiego en el lector. La naturaleza también juega un papel importante en sus historias, pobladas de plantas y animales.
Su primer libro, como autor de la ilustración, fue Tea y Camaleón son hermanos, con texto de María José Ferrada. En su segundo trabajo, del que es autor total, también ha contado con la colaboración de Ferrada en la revisión del texto. Como podéis observar en las imágenes de esta entrada las ilustraciones son extremadamente detalladas y, de hecho, tras preparar el guión gráfico, el autor tardó unos seis meses en terminarlas.
Aquí tenéis un vídeo grabado con motivo de su exposición en solitario en 2021, donde veréis algunas de sus obras y el cuidado que pone en todos los detalles, incluido el empaquetado de estas.
La historia del arca de Noé tal como me la han contado a mí
La historia que nos ocupa hoy es una interesante interpretación de la historia bíblica del arca de Noé. Como nos cuenta el autor en el siguiente vídeo, decidió contar a pequeña escala y de manera cercana una historia que, en su versión original, sucede a una escala totalmente diferente. Con este cambio de enfoque el autor consigue acercar un relato duro a los más pequeños, manteniendo a la vez gran parte del espíritu original.
La acción sucede en una bañera y el protagonista es un niño y su imaginación. Los hombres de la historia bíblica son sustituidos por las desagradables personas diminutas de la bañera, que están todo el rato peleando, manchando de pintura su entorno, la bañera, y a los animales que viven en ella.

Y aquí aparece Noé, un personaje tranquilo y ordenado que tiene como ayudante gigante al niño. Noé decide conducir a los animales a buscar un nuevo lugar donde residir. Construye así su arca, con una pareja de cada especie (¿aunque quizá haya más tortugas de lo esperado?) y la peculiar forma de un retrete de madera.

Como parte del plan, para provocar el diluvio, el niño llena completamente la bañera de agua para que el arca pueda navegar hasta su destino y así conseguir que las personas diminutas, que aborrecen el agua, decidan marcharse a otro lugar.



Tras el diluvio, y después de muchos días, Noé finalmente llega a su destino. ¡Tierra a la vista!

Y Noé y los animales pueden comenzar de nuevo en una tierra (perdón, en una bañera) sin manchas de pintura.

Para ser sinceros, quizá la historia también termine porque llega la hora de la cena para nuestro protagonista…

La edición está muy cuidada, y ya desde la cubierta, contracubierta y guardas nos introducimos directamente en la historia. Lo primero que llama la atención es el estilo en acuarela de los dibujos. Una ilustración con predominio de ocres, azules y verdes en tonos suaves y sosegados y llena de detalles. Se podrían pasar horas, a veces con ayuda de una lupa, observándolos todos. Fijaos por ejemplo en el traje de Noé o en el calendario, a ver cómo pasan los días. Se trata del estilo característico del autor, que podeis observar también en Tea y Camaleón son hermanos.


Además del estilo de la ilustración y de la gran cantidad de personajes que pueblan la bañera, encontramos en este álbum muchas curiosidades y detalles estimulantes. Los peces y el enorme pulpo que surge de las profundidades de la bañera usan gafas de bucear o buzos metálicos que nos recuerdan a Julio Verne y sus Veinte mil leguas de viaje submarino. Los pájaros no vuelan con alas, sino con globos. Una cierta estética steampunk impregna la obra. Los hombrecillos lanzan pintura que hace ¡Plaf! y mancha, mientras que Noé y sus ayudantes hacen burbujas de jabón con las trompetillas de sus sombreros metálicos. Y así nos sumergimos en un continuo carrusel de información visual.

Realmente es un libro muy agradable de leer a la vez que uno se detiene en las ilustraciones, que disparan la imaginación. Nos propone una perspectiva muy interesante sobre un relato clásico visto desde los ojos y la imaginación de un niño. Una actividad de todos los días como la hora del baño se convierte en una aventura épica. Siempre viene bien un poco de emoción antes de regresar a las tareas cotidianas.